EL ESTUDIO encontró que el déficit de atención e hiperactividad (15.7%) y la depresión mayor (13.4%) son los trastornos de salud mental más prevalentes en los adolescentes.
También se encontró que la prevalencia en trastornos de conducta es más alta en los varones, mientras que las féminas tienen una prevalencia más alta de depresión mayor e ideación suicida.
En el estudio realizado en la Universidad de Puerto Rico, se evaluaron cuatro variables: ideación suicida, depresión mayor, trastorno de conducta y déficit de atención e hiperactividad.
POBLACION. De los 10,235 estudiantes que participaron del estudio, el 50.4% fueron varones y la media fue de 15 años. Al momento del estudio cursaban entre séptimo y duodécimo grado.
El 80% de los estudiantes reportaron un ambiente familiar saludable donde su encargado se inmiscuye en asuntos académico, le reconoce los méritos y comparte actividades de mutuo agrado con el adolescente.
HALLAZGOS. Se encontró que las relaciones con la familia tienen mayor influencia en la salud mental de los/as adolescentes que el ambiente escolar. De hecho, los/as estudiantes que no tenían apego con su madre mostraban una prevalencia a depresión, trastorno de conducta e ideación suicida. Mientras que los/as estudiantes sin apego a sus padres sólo mostraban prevalencia a ideación suicida.
De igual forma, se asoció la falta de reconocimiento con el déficit de atención e hiperactividad, la depresión y la ideación suicida.
RELEVANCIA. Este estudio comparó el ambiente familiar con el ambiente escolar y, aunque sí se encontraron datos que validan la importancia de la escuela en los/as estudiantes, la mayoría de los hallazgos van dirigidos al núcleo familiar.
Los/as adolescentes a traviesan una etapa de cambios y sinnúmero de situaciones que pueden resultar ser abrumadoras. Sin quitar mérito a las aportaciones que pueda hacer un ambiente académico saludable, quien tiene en sus manos la capacidad mayor de hacer la diferencia en la vida de los/as adolescentes son sus padres.
En ocasiones la rutina nos abacora y dejamos de cuestionarnos los patrones que llevamos. Dejamos de hacer lo que antes hacíamos, dejamos de compartir como antes y nos sometemos al yugo de la cotidianidad. De ahí la importancia de este tipo de estudios que nos hacen reflexionar y cuestionarnos qué estamos haciendo bien y en dónde tenemos oportunidades de cambio que pueden hacer la diferencia en las vidas de nuestros/as adolescentes.
VER EL ESTUDIO: Adolescentes de Puerto Rico: Una mirada a su salud mental y su asociación con el entorno familiar y escolar